sábado, 2 de febrero de 2013

Editorial febrero 2013 - Más globalización, por favor

Heavy en plena globalización. Foto: Lewenhaupt
Buenas de nuevo. Hace unos meses decíamos que Italia era la “potencia mundial” en lo que se refiere a hard rock y heavy metal de calidad y licenciado con Creative Commons, pero a estas alturas de la película ya tenemos claro que hay tres países más con los que compartir tal honor: Francia, Polonia y... sorprendentemente o no, España. Como decíamos en aquella editorial que titulamos “¡Forza Italia!” no sabemos tampoco a qué se debe este hecho, simplemente es un hecho. Desde Francia destacan singularmente grupos como Holy Pain, Galderia o artistas como Eglyn, entre otros (vaya pedazo de disco instrumental el Random de Eglyn, no me cansaré de recomendarlo). Polonia, por su parte, es un ejemplo genial de cómo Creative Commons expande la música fuera de los cauces normales de esto que se llama “promoción”, llevándola a nuestros oídos de forma libre, gratuita y legal, y demostrándonos que en los países que no son los sota, caballo y rey del heavy metal (léase Estados Unidos, Reino Unido y Alemania) hay montones de buenos grupos esperando a ser descubiertos. Esos tres países “primeros hachas” del heavy que mencionamos son precisamente aquellos cuyas bandas son más renuentes a licenciar sus trabajos de forma libre o semilibre. 

Podríamos presumir de gafapastismo underground, y decir que nos gustan más los grupos heavies de Emiratos Árabes Unidos, Albania o Madagascar que los de los países del rock de toda la vida. Pero la verdad es que es probablemente gracias al factor “missing” de anglosajones y teutones en el hard&heavy libre, que hemos puesto la atención en músicos de otros países. Y no hay mal que por bien no venga. Ya lo creo que no. El resultado hace justicia a grupazos que merecían ser rescatados de su “circuito local”.

Que esto del circuito local, por cierto, es otro de los síndromes que padecen, muy a menudo de forma injusta, los grupos españoles, con o sin copyright. Al hecho de que sean españoles se une el que frecuentemente utilicen el idioma de Cervantes para expresarse, mientras que los polacos, italianos y franceses se han pasado al inglés. Aunque esto queda algo compensado con el mayor poder de convocatoria que tenemos en Latinoamérica, y viceversa. Sea como sea, a estas alturas hay tantos grupos de España que hacen heavy y hard rock libre de calidad que hay que rendirse a la evidencia: Maldia, Visions of Tragedy, Wolfgun, Johnny B. Nasty, Inordem, Daniel Bautista... y lo que nos queda por descubrir.

Y hablando de Latinoamérica, debo reconocer que no hemos encontrado mucha oferta, de momento al menos, que reúna nuestros tres requisitos: libre, de calidad y hard&heavy. Esto me extraña por dos cosas. Me extraña en primer lugar conociendo la calidad que tienen muchos grupos -ya clásicos incluso- de allí, especialmente de Argentina (aunque esto último solo se refiere a nuestra experiencia y gusto particular). A ver si pronto nos cae una buena “placa”, que dirían algunos, para hacerle la crítica y difundirla en condiciones. El segundo motivo por el que no se explica la falta de cantidad de grupos latinoamericanos copyleft es precisamente lo difundido que está ese movimiento por Latinoamérica. En fin, probablemente todo se deba a, como dijimos en la otra ocasión, “que no estemos mirando bien”. Desde aquí invitamos a todos los lectores que se meten en Hard&Free desde el otro lado del charco para que nos iluminen al respecto.

De cualquier forma, esta aventura de Creative Commons está siendo mucho más enriquecedora de lo que en principio pensé: algún grupo ha caído de Alemania y de Estados Unidos, pero también de países que uno no imaginaría a priori: Ucrania y sus bluesmen haciéndonos flipar a base de bien, Hungría y sus Thornwill -nuestro grupo copyleft favorito-, Polonia (Nihil Quest, Joy Machine, Black&White ¡presentes! -y lo que vendrá pronto, no os perdáis este mes-). Y nos damos cuenta de algo peculiar: que esa “sorpresa” por descubrir grupazos de países “raros” no deja de ser absurda, porque en todos los países se debería hacer buena música de rock. Y poder acceder a ella es toda una “liberación” de ideas preconcebidas. En efecto, quizá es tiempo de preguntarnos hasta qué punto nuestro chip “angloteutón” ha funcionado a modo de “visión tunel”. 

No quiero que se entienda esto mal: sería de tontos menospreciar ahora a la cream de la cream del hard&heavy: Reino Unido, Inglaterra y Alemania, o países que les siguen muy de cerca: Canadá, en general los países escandinavos, Irlanda, Suiza... Y sería de tontaina entre otras cosas porque la música que tanto nos gusta viene de esas latitudes. Ojalá hubiera una eclosión de Creative Commons en esos países. Me quedo corto imaginando los beneficios culturales que tal cosa podría tener para la difusión del rock. Pero, por otro lado, parece que definitivamente ha llegado ya el momento de la “emancipación” de otros países. La base del heavy y el rock siempre será anglosajona, esto no queremos que cambie. Simplemente ahora contamos con la ventaja de poder descubrir grupos de otros lados a un solo click (que ya les tocaba ¿no?). Pues eso. Nos encanta la globalización. Vamos, reconócelo. La globalización puede ser buena.

Saludos de Hardandfree.

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