1. Never Happy
2. Give Me Hell
3. Holy Song
4. Anything Will Do
5. Painted In A Corner
6. Try Another Way
7. Riot Or Rot
8. Poser Lover
9. Out Of My Way
Terminamos el mes de enero con una descarga hardorckera que no te va a dejar indiferente. Desde Pavía llega Drop Alive y su primer LP homónimo, una muy recomendable colección de himnos enérgicos cuyo secreto reside, diría yo, en una combinación muy bien lograda entre varias tendencias del hard rock, desde el más clásico -lo que incluye desde cosas setenteras al hard rock angelino de mediados de los 80/principios de los 90- a la rama más moderna y "fresca". La verdad es que en cuanto lo pinchéis os va a recordar a un menda en particular: Glen Hughes. Y es que ese timbre de voz, junto con esos riffs de guitarra clásicos pero remozados con todo el componente de las producciones modernas, recuerdan realmente a las últimas cosas que ha parido este Dios. Aunque tampoco sería justo decir que suena como él, ya que el trabajo aporta, además de su propia personalidad musical, los matices musicales que antes mencionaba. Después de todo, también Ian Gillan se mete con Glen Hughes cuando dice que imita a Stevie Wonder y, si se quiere añadir más leña al fuego, siempre digo que Chris Cornell me recuerda a Hughes y a veces hasta me atrevería a decir que ocurre al revés. Pero en fin, vamos a dejar las comparaciones y vamos con Drop Alive.
Y ¿quién está detrás de Drop Alive? Pues delante, detrás, a la derecha y a la izquierda se encuentra simplemente "Simon", el autor de todas las canciones y que toca todos los instrumentos del disco, con excepción de la batería, cuya grabación ha corrido a cargo de Antonio "Ardog" Ricchiutti. Todo un hombre orquesta pues, que se ha autoproducido el LP y vaya si le ha quedado bien.
Para Simon, Drop Alive se define simplemente como "unos treinta minutos de rock. No sabrás que te ha golpeado". Y la verdad es que la sensación va por ahí nada más empezar a sonar Never Happy, de base rítmica aplastante y poderosa, y se refuerza aún más al sonar los primeros compases del segundo corte, convenientemente llamado Give Me Hell. La fórmula parece clara y no defrauda: dirigir la atención a las guitarras rítmicas, cargándolas bien de densidad y una distorsión bien potente, dejando todo el mérito de las melodías para las voces.
La verdad es que el capítulo vocal me parece la nota realmente sobresaliente del disco. Simon atesora no solamente buena voz, sino capacidad para hilar excelentes melodías. Todas las canciones son igual de buenas e increíblemente pegadizas, pero hubieran quedado demasiado repetitivas de no ser por la manera de cantar, que le da a cada tema su punto diferente. Esto lo vemos perfectamente en Holy Song, donde las líneas vocales quedan bastante vaciletas. La verdad es que la voz tiene mucho, digámoslo así, "carisma" y engancha bastante. Además de interesantes cambios de ritmo, el tema parece tener a veces cierto alma funk-soul que me ha encantado (Glen... atchús... Hughes).
Anything Will Do se mete en terrenos más "angelinos", especialmente con ese estribillo macarrilla y pegajoso que nos levanta la moral. Painted In A Corner, es una de mis canciones favoritas del disco por su impresionante pegada y originalidad. En este caso se quieren resaltar bien las líneas de bajo con algo de "fuzz" por ahí, sobre la que se va acentuando la voz. Sin duda es un tema muy adictivo. Y todavía no lo he dicho, pero me encantan las baterías de este disco, desde como están ejecutadas hasta, especialmente, lo bien conseguido que está el sonido en la mezcla.
De nuevo pantalla rítmica perfectamente engrasada y lista para la acción con Try Another Way, que comienza con un riff bastante setentero para meter luego la quinta y deleitarnos con otro himno curiosamente añejo y moderno a la vez. Como llevamos diciendo, la fórmula vuelve a resultar: canciones de tres minutos casi justos, directas y pegadizas, que exprimen lo mejor que puede ofrecer Drop Alive. Y eso es lo que tenemos también con la canción que llega ahora, Riot Or Rot, aunque debo reconocer que es quizá la que menos me ha entrado. Pero eso tiene arreglo fácil con Poser Lover, más rápida y enérgica, que nuevamente nos mete en faena, antes de dirigirnos al final con Out Of My Way, otra de las que dispara a base de bien pese a engañar con esa intro acústica. Drop Alive tiene a bien despacharnos una vez más con esas guitarras graves y saturadas y esa sensación de "punch" que no nos ha abandonado en toda la escucha.
Si tuviera que poner alguna pega al disco, esta sería que quizá la faceta solista ha estado un tanto descuidada, y puede que el resultado hubiera sido más "redondo" con unos buenos solos de los que sacan humo del mástil por ahí. En cualquier caso y con esa salvedad, es un trabajo muy bien hecho que conquista a las primeras de cambio. Compacto, directo, pegadizo, enérgico y muy bien cantado ¿Que más te hace falta para pillarte esto? Por supuesto, nuestro enlace de descarga habitual hacia Jamendo. ¡A disfrutarlo!
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