jueves, 1 de noviembre de 2012

Editorial Noviembre 2012 - Copyright de buen rollo... pero no es lo mismo


¿Existiré de aquí a dos años? Imagen: labguest
Hola de nuevo. Tercer mes de esta aventura y la mar de contentos con cómo va quedando la web. Nada profesional, de momento, pero al menos en información y música se va formando ya un buen poso de heavy, hard y rock copyleft. Habréis advertido algún cambio en la web: algún detalle estético, nuestro nuevo “canal” de TV y, entre otras cosas, la falta de “puntuación” en las críticas de discos, al contrario de lo que habíamos hecho hasta ahora. Este último cambio es muy fácil de explicar. En realidad se debe a que aquí ponemos de lo bueno lo mejor, así que no tenía mucho sentido andar dando puntuaciones cuando nuestra selección, a humilde que sea, está compuesta de discos muy buenos. Eso sí, mantenemos nuestro tampón y sello de calidad especial, para aquellos trabajos que realmente hayan marcado la diferencia y se encuentren en las alturas del hard & heavy copyleft. Y es precisamente por eso también que hemos eliminado el apartado “Promociona tu banda” (bueno, a decir verdad, he guardado la página en “Borradores”, que no nos atrevemos a fusilárnosla así como así). Nos gusta la manera en que discurre el blog, reseñando lo que realmente nos gusta y desechando lo demás (que no ha sido poco, por cierto). Así que, francamente, no queremos asumir el compromiso de hacer una crítica de un disco que no nos guste. De todas formas, si tienes algo realmente grande que vaya con el estilo de la música que escuchas por aquí, mándanoslo al email, que una cosa tampoco quita la otra.


Y queremos aprovechar la ocasión para comentar lo mucho que ha mejorado la difusión de la música no libre gracias a internet. Y no me refiero, por supuesto, a la piratería, sino a los cauces de distribución legal de la música que se acoge al negocio de toda la vida. Lo de adaptarse o morir se lo están tomando verdaderamente al pie de la letra, y aquí nos alegramos de ello. Se están desarrollando tantas oportunidades para escuchar música con copyright sin que venga el tío del saco a multarte, que alguno se preguntará -con algo de razón, por lo demás-, si esta aventura de Creative Commons tendrá sentido dentro de un par de años. En efecto, las oportunidades de escuchar música con todos los derechos reservados por vías legales, como el streaming, han aumentado mucho en los últimos años, y el ejemplo claro son plataformas como Spotify o Grooveshark -no precisamente a gusto de la industria americana esta última-. Dichas plataformas hacen posible al usuario de internet escuchar la canción que le dé la gana, prácticamente a la carta y solo a cambio de un poco de publicidad maloliente. Pero ya no estamos hablando solo de la posibilidad de escuchar música con copyright. El ámbito de la comunicación pública de la música ha sufrido un buen revolcón con la llegada de Radionomy, que permite que cada hijo de vecino tenga su radio on-line y pueda emitir música con todos los derechos reservados de forma legal, a condición, eso sí, de que te escuche mucha gente.

Todo eso está muy bien, dirán algunos, pero ¿y la descarga qué? Por mucho streaming que haya, al final no puedes meter la canción en tu mp3 para escucharla sin estar conectado a internet. A no ser que pagues. Muy cierto. Pero a eso hay que contestar que cada vez está teniendo más auge lo que llamaríamos “copyright buenrollito”, es decir: me reservo todos los derechos y estampo en mi obra una cacho de “c” rodeada por un círculo, pero permito que te descargues mi disco gratis de mi página web. Es lo que hace Jevo con todos sus grupos, desde el Reno Renardo a Solitude, sin acudir a Creative Commons o a otras licencias libres. Por no hablar de excelentes iniciativas de discográficas que, acudiendo al copyright de siempre, permiten la descarga gratuita de las obras de sus artistas. Este es el caso de Don't Pay For Music, desde cuya web, previo registro, hemos podido bajar gratis el disco “Abuso de Poder” de nuestro adorado Andrés Barilari.

Y esto sí que hace que uno se pueda preguntar la diferencia real entre esta práctica -copyright con descarga gratis y legal- y acudir a Creative Commons. Sin embargo la hay y mucha. Porque la diferencia entre copyright y copyleft nunca ha estado en que la primera fuera de pago y la segunda gratis. La diferencia está en la libertad. La diferencia está en que, gracias a las licencias libres, webs como estas son posibles. Por muy gratis que sea lo que te bajes, si tiene “copyright” nunca es libre. Y eso quiere decir que, salvo escuchar la música que te bajas en privado, no puedes hacer mucho más con ella. Pero si la música está licenciada con Creative Commons o con otro sistema similar, podemos subir y bajar portadas y música, pinchar temas en la radio, hacer un recopilatorio propio de canciones copyleft y subirlo a la red con tu propia portada, poner música a tu corto Creative Commons, etc. etc... En resumen: comunicar, compartir, difundir e intercambiar cultura -y en nuestro caso, nunca por dinero de por medio-. Esta es la parte más increíble y más revolucionaria de las licencias libres o semilibres, esto es lo que nunca podría hacerse con música “de todos los derechos reservados” y es a veces lo que más cuesta que la gente de a pie perciba.

A embarullar todo esto contribuye sin duda la confusión que se monta con los términos copyright y copyleft, y que hasta cierto punto es inevitable. Sabemos que Creative Commons tiene también “copyright”, es decir, que tiene derechos de autor. Y al hilo de esto, es verdad que la diferencia tampoco ha estado nunca entre “copyright” y “copyleft” -aunque aquí usamos esa diferencia para que no nos estalle la cabeza con discusiones terminológicas-. De hecho, piénsalo por un momento: si alguien que utiliza el símbolo del copyright para su música te deja que te la descargues, la verdad es que está siendo, en actitud por lo menos, bastante “copyleft”. Y es que la diferencia real está entre la música “con todos los derechos reservados” y la música “con algunos derechos reservados”, que es la nuestra, la de Creative Commons. La diferencia es, de nuevo, la libertad de uso. Para hacer cualquier cosa con música “con todos los derechos reservados” tengo que pedir permiso cada vez al autor, lo que afortunadamente no ocurre con las llamadas licencias copyleft, donde ya cuentas de antemano con el permiso, al menos con el permiso para lo básico.

Pero hasta Jamendo se equivoca: cuando le das al link de descarga de un disco de su página se te dice: “es gratis y legal para uso privado”. No señor: es gratis y legal para uso público también (y para prueba esta web), siempre que respetes los “pocos derechos reservados” del disco que te has bajado -en concreto, “no hagas pasta con mi música por el morro si no me pides permiso o me pagas” es el derecho más frecuentemente reservado en Creative Commons-.

De todas formas, estamos a favor del “copyright con buen rollo”. Estamos agradecidos, de hecho. Puede que añadamos un apartado para este sector de la música tradicional. Puede. De momento, sigamos disfrutando de CC, y pásame otra aspirina a mí también.

Saludos de Hard & Free

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