¿A quién le importa la prima de riesgo con estos grupazos? Foto: wisegie |
Ya estamos aquí un
nuevo mes. Habrá más críticas de discos, lo prometemos.
Hemos hecho descubrimientos de lo más jugosos en esto del heavyrock copyleft. Pero preferimos mantener la actitud que hemos tenido este primer mes: más vale poco y bueno que poner por poner. Esperemos que confiéis en nuestro sensor de calidad y en que sigáis disfrutando con nuestras propuestas.
Hemos hecho descubrimientos de lo más jugosos en esto del heavyrock copyleft. Pero preferimos mantener la actitud que hemos tenido este primer mes: más vale poco y bueno que poner por poner. Esperemos que confiéis en nuestro sensor de calidad y en que sigáis disfrutando con nuestras propuestas.
Mientras tanto, no
quisiera pasar la oportunidad de seguir comentando impresiones sobre
el movimiento musical copyleft. Como reza la cabecera de este
editorial, no dejamos de sorprendernos con la cantidad de música
copyleft de nuestro rollo que llega desde Italia. Por si había dudas
aún, nuestro rollo es el rock, que dijo Barón Rojo una vez. A estas
alturas todavía no sabemos exactamente por qué hay tanto hard rock
ochentero y tanto heavy de calidad llegado de tierras transalpinas.
No sabemos si es lo que comen o lo que beben, si son los medios
tecnológicos, o si simplemente hacer música copyleft les sienta
mejor a la hora de componer y grabar, pero está claro que, al menos
en nuestro estilo predilecto de música, se han convertido en
nuestros líderes absolutos. Ya habéis visto lo que dan de sí
grupos como Second Sight's Comet, Pr4Na o Mechanical Butterfly. Hasta en el humor se llevan
la palma. Yeah, nos inclinamos ante esos cachondísimos Nanowar.
Si tuviera que lanzar
una hipótesis razonable -en realidad no creo que pase de una mera
especulación-, diría que quizá Italia es un país en el que, como en
España, existe un generalizado sentimiento de que la música, buena
o mala, es algo que se comparte con la gente, algo que haces para que
la gente simplemente se lo descargue y lo disfrute. Vamos, que somos
más piratas. Desde un punto de vista bastante menos ingenuo, puede que simplemente se asuma mejor que tu disco, lo quieras o no, va a rular por internet por cauces piratas desde el día de su salida al "mercado", así que son hechos consumados. De cualquier modo, no está tan generalizado, como en Estados Unidos, Reino Unido o
Alemania, esa creencia cada vez más extendida de que descargarte
música es robar al artista. Y esto puede convertirse en una ventaja
desde el punto de vista de la música libre. Los italianos, como los
españoles, pueden ser menos celosos a la hora de echar su música a
rodar por el mundo. Porque España es, sin duda, otro de los países
líderes en licencias musicales Creative Commons, y aquí estamos
orgullosos de ello -para una vez que toca sacar pecho de país, no
nos lo vamos a tragar ¿no?-. La diferencia con Italia es que el, por
así decirlo, “mainstream copyleft del rock” español va por
otros estilos más en boga: metal alternativo, hardcore, punk, rock
alternativo, indie, rock simplemente calimochero, fusiones
variopintas, en fin, nada que nos mate por aquí, lo que no quita que
esos estilos sean tan buenos como lo que nos gusta en esta web. Es
simplemente una cuestión de preferencias musicales. Por supuesto que
hay rock y heavy español de calidad y esperamos dar cuenta de él
más pronto que tarde. En cualquier caso, si esta web se convierte en "esa página donde solo salen grupos italianos" no nos importará nada. También hubo un tiempo en que los spaguetti western dominaron el mundo ¿no?
También podríamos
preguntarnos dónde andan metidas las bandas de los países que
hablan el idioma del rock. Es verdad que puede resultar un tanto
chocante no ver apenas bandas copyleft de EEUU, Reino Unido,
Australia o Canadá, o incluso de países con gran tradición de rock
en la lengua de Shakespeare, como es el caso de Alemania. Y esto
resulta aún más paradójico si tenemos en cuenta que Creative
Commons es, básicamente, un invento de Estados Unidos. Aquí sí que
me parece que puede haber causas más claras: por un lado, Jamendo no
es un referente para lo anglosajones -demasiado europeo, supongo-, y
para ellos su punto de referencia en lo que a Creative Commons se
refiere siempre ha sido mayormente Free Music Archives. El problema
con este portal es que resulta un tanto caótico. Además, los
estilos predominantes allí son del tipo
metal-brutal-death-black-grindcore-etcétera, es decir, lo que se conoce como "metal extremo", algo que nos puede
dar la pista de por dónde andan los tiros en lo que a música se
refiere por las orillas del Tío Sam. De nuevo, y con todos los
respetos, nada que nos interese demasiado.
En tercer lugar, hay que
tener en cuenta que los anglosajones siempre han tenido predilección
por otros portales de música como Bandcamp que, aunque permite subir
música copyleft, ha acabado siendo prácticamente un reducto de
música abrumadoramente copyright, pero muy barata. Todavía puedes
encontrar algo Creative Commons por allí, pero es ya
una raya en el agua. Supongo que es otro estilo de negocio que
eventualmente podría resultar más ventajoso económicamente que
acudir a las licencias libres o semilibres, que por muy estrictas que
sean, siempre permiten la descarga y distribución gratuita de la
música. O quizá es simplemente que, al ser un portal menos intuitivo que Jamendo, "no hemos sabido mirar bien".
Otro sello musical que goza de mucha aceptación para las bandas anglosajonas es Magnatune, que ha acabado siendo una contradicción en los términos. Técnicamente, puedes encontrar música licenciada con Creative Commons, pero tienes que pagar una cantidad fija al mes para acceder a las descargas. Normalmente, y según cuenta algún internauta, cuando te bajas el disco en cuestión te llega un “léame” en el que te piden que no pases la música a más de tres personas. Pero ¿esto no era música de libre acceso y descarga gratuita?
Otro sello musical que goza de mucha aceptación para las bandas anglosajonas es Magnatune, que ha acabado siendo una contradicción en los términos. Técnicamente, puedes encontrar música licenciada con Creative Commons, pero tienes que pagar una cantidad fija al mes para acceder a las descargas. Normalmente, y según cuenta algún internauta, cuando te bajas el disco en cuestión te llega un “léame” en el que te piden que no pases la música a más de tres personas. Pero ¿esto no era música de libre acceso y descarga gratuita?
Es solo un ejemplo de la
perversión que está sufriendo este modelo. Pero eso lo contaremos
en otra ocasión. Por ahora solo queda decir ¡Grande Italia! Y
seguir disfrutando de Jamendo, que sabemos que no es perfecta y también tiene sus críticas, pero sigue siendo esa comunidad copyleft de músicos de
países raros que tan buenos momentos deparan a nuestras orejas.
Un saludo de HardandFree
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